Ruta gastronómica por el Madrid Navideño

Ruta gastronómica por el Madrid Navideño

Escrito por: Equipo    9 diciembre 2018     4 minutos

O para cualquier día el año pero especialmente en estas fechas donde La Puerta del Sol con su reloj y su encanto, la Plaza Mayor con su mercado navideño, sus atracciones teatrales de Grandes Almacenes donde disfrutan los abuelos, padres y sobre todo los nietos. Y luego un paseo en un ambiente agradable (aunque en algunos casos multitudinario), alegre y donde vamos a comprar los últimos detalles para el Belén donde los Reyes Magos depositarán los regalos que les hemos pedido o el árbol de Navidad, donde Papá Noel dejará los regalos. Veamos los establecimientos de la Ruta Navideña que hemos diseñado.

Comenzamos en La Latina, y más en concreto en la Cava Alta, una zona con tanto encanto que no podía faltar el buen comer y el mejor beber. Aquí se encuentra Matritum con más 20 años de vida y una impresionante bodega con más de 400 referencias, un auténtico santuario del vino. Para acompañarlos, de la cocina salen delicias como las Croquetas líquidas de suquet de carabinero, el castizo Montadito de zarajos con siso ‘de la verbena de La Paloma’, los Canelones caseros gratinados con bechamel de setas y trufados o su Cap i Pota (callos y morro estofados a fuegos lento), perfecto para el frío.

Desviándonos un poco hacia la plaza de Tirso de Molina llegamos hasta La Malaje cuya cocina nos embruja con sus sabores del sur recién traídos del mercado: en barra, sobre todo para el fin de semana que es non stop, imprescindibles platos como la Ensaladilla de gambas a la granaína con pipas de mar, sus famosas Croquetas de jamón ibérico, el Chicharrón de Cádiz o su jugosa Tortilla La Malaje. Si pasamos al coqueto salón que recuerda a un patio cordobés y pedimos a la carta, son más que recomendables el Ala de raya confitada en escabeche de azafrán o la Carne mechá de lomo ibérico de bellota… De postre, algo muy navideño, los Alfajores de Andalucía.

Subiendo hacia la Plaza Mayor y entre abetos y figuritas, se esconde un clásico entre los clásicos: Los Galayos. Y es que este restaurante centenario combina a la perfección la cocina castellana tradicional con recetas más modernas, acordes con las nuevas tendencias. En la zona de barra cuenta con una apetecible carta de tapeo con raciones como las Puntillitas con huevos de corral y juliana de pimientos rojos y verdes fritos, los tan de moda Torreznos y no falta el castizo Bocata de calamares, que está muy pero que muy bueno… En sus variados salones, que recorren también la historia de la ciudad y el paso de los años con distintas decoraciones, puede disfrutarse de platos tan deliciosos como su famoso Cochinillo asado de Espirdo, entre otras muchas propuestas que gustarán a toda la familia. Toda una delicia para acabar con el estómago lleno y volver al paseo o a las compras con una sonrisa.

A tiro de piedra, casi llegando a Ópera, se ubica El Zorzal. Ofrece opciones para todos los gustos, con platos de lo más apetecibles que huelen y saben a tradición: Croquetas artesanales de jamón, Buñuelos de bacalao, Alitas de pollo con un toque picante, Arroz meloso de carabinero, Judión del Barco de Ávila con manitas glaseadas o el Bacalao confitado sobre porrusalda, molleja y pil-pil y de postre, que no falte la Torrija brioche empapada en nata y huevo caramelizado con helado de galleta. Toda una experiencia gastronómica en un espacio acogedor con una decoración 100% única.

Y para finalizar por la Gran Vía atareado con compras, nada como una paradita en Restaurante Sandó donde se entremezcla una excelente cocina de vanguardia con raíces tradicionales. Aquí se puede disfrutar de un Pulpo en tempura con mousse de cava, Tallarines de vegetales a la carbonara con trufa, Pétalos de tomate, cebolleta asada y anchoas del Cantábrico o una Escalivada con quenelle de queso de cabra.

Quienes decidan ir al centro el domingo, nada mejor que empezar la jornada con un delicioso brunch en formato buffet para toda la familia. Además, cuenta con hasta 5 Menús de Navidad diferentes para grupos. Por otra parte, pueden acercarse también a La Barra de Sandó , la propuesta más informal del hotel Santo Domingo, con unos suculentos pinchos, como por ejemplo el Ravioli de calabacín relleno de presa ibérica al Strogonoff, el Laminado crujiente de chipirones y champiñones o la Paletilla de conejo con crocante de verduras y manzana.


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