Es uno de estos pequeños restaurantes que uno se encuentra como sin querer, que llaman la atención por su discrección, que te crees que vas a entrar en una tasca y te encuentras con una joya, pues ya desde la barra se encuentra uno con "toques" que avanzan lo que se "cocina dentro", nunca mejor dicho.
Si nos fijamos bien, todas las fiestas religiosas traen consigo una serie de platos o dulces aparejados, típicos de dichas fechas. Tenemos el Roscón de Reyes (Reyes Magos), el Turrón (Navidad), Los buñuelos de viento (Todos los Santos), estos a nivel general, a nivel particular en cada zona o región española seguro que hay muchos más.
Un bocado de lujo que ofrece La Mar del Alabardero para disfrutar de la magnífica terraza frente al Palacio Real todos los viernes.

De camino por la N-230, en viaje al maravilloso Valle de Arán, podéis encontrar a la altura del km. 80 un restaurante donde lo primero que vais a percibir nada más descender del vehículo, un penetrante olor a carne asada. Una vez en el interior, amabilidad extraordinaria y unos platos caseros y abundantes.
Un establecimiento que nació en 1962, que siempre han asado cabrito (menos graso que el cordero lechal), que ha ido evolucionando (antes solamente había cabrito asado y ensalada), que ha ido creciendo (ahora dispone de dos locales muy cercanos, a 20 metros el uno del otro), pero que siguen asando como hace 50 años.