Estas comidas te ayudarán a estar bien alimentado durante un vuelo largo
Viajar en avión no es ningún picnic, especialmente si nuestro destino se encuentra a ocho, nueve, diez horas o más. Conviene llevar una almohada, tener un libro interesante y ropa cómoda. Sin embargo, en un vuelo tan largo, lo más importante es la comida. Por eso, hoy veremos qué alimentos podemos llevar para no pasar hambre y alimentarnos de la mejor manera.
Consideraciones generales sobre la alimentación al volar
Lo primero que debemos tener en cuenta es que las aerolíneas, para vuelos tan largos, ofrecen servicios a bordo. La calidad y cantidad de estos servicios dependen tanto de la duración del vuelo como del precio del billete de avión. Esto puede incluir desayuno, almuerzo o cena, así como también snacks y bebidas entre comidas.
En este sentido, podemos consultar también los canales de atención y las opiniones de otros usuarios para hacernos una mejor idea. Por ejemplo, los vuelos en Opodo nos permiten consultar opiniones, conocer el tipo de comida que las compañías ofrecen a bordo y las opciones disponibles si tenemos alguna restricción alimentaria: hipertensión, diabetes, celiaquía u otros.
En cuanto a las restricciones de las aerolíneas, dentro de la Unión Europea no hay muchas. Se pueden llevar:
- Comidas preparadas sin una alta concentración de líquido (estofados, por ejemplo)
- Líquidos y bebidas en envases individuales que no superen los 100 ml
- Carnes, pescados, vegetales y mariscos
- Dulces y chocolates, conservas y embutidos
- Productos de panadería como pan, galletas y budines
- Frutos secos y frutas deshidratadas
- Lácteos y yogures
¿Qué aspectos de la alimentación debemos tener en cuenta en vuelos tan largos?
Por lo general, cuando realizamos recorridos tan largos en avión, a tantos pies de altura, el cuerpo sufre ciertos malestares mientras trata de acostumbrarse a esas condiciones. Por eso, la idea no es deleitar al paladar, sino alimentarnos bien: necesitamos nutrientes y proteínas para evitar dolores de cabeza, calambres y otros malestares físicos.
Los siguientes son los aspectos más importantes a considerar en cuanto a alimentación e hidratación.
Hidratación y líquidos
A tantos pies de altura, hay menos humedad por los cambios de presión y el aire acondicionado en la cabina. Por lo tanto nuestro cuerpo se deshidrata más rápido. Durante un vuelo de más de cuatro horas, este efecto sostenido puede darnos dolores de cabeza, calambres y otros malestares. Por eso, debemos tomar agua de manera frecuente.
Restricciones alimentarias y dietéticas
En caso de tener restricciones alimentarias de cualquier tipo, vamos a poder elegir entre las opciones del menú antes del vuelo (no olvides hacerlo cuando compres tu billete de avión o realices el check-in). Por el mismo motivo, planifica antes del viaje y haz las compras en el supermercado para que no te falten snacks y bocadillos en tu bolso de mano.
Digestión y nutrientes
En cuanto a la digestión, hay ciertos alimentos que siempre debes evitar en un avión: las legumbres, los azúcares y las harinas refinadas pueden generar molestias gástricas que pueden convertir un vuelo placentero en un infierno. Por el mismo motivo, evita el alcohol antes de volar y también la cafeína, ya que estos producen deshidratación y estimulación en el sistema nervioso.
¿Cuáles son los mejores alimentos para un vuelo de larga distancia?
Imagen: Pexels
Bien, ahora vamos con lo que nos corresponde: ¿cuáles son los mejores alimentos para un vuelo de larga distancia? Las siguientes son las opciones que mejor se llevarán con tu organismo, te darán energía y estamina y te ayudarán en la digestión. Esta selección también sirve para un viaje largo en coche (y, por qué no, también en bote o velero).
Frutas secas y deshidratadas
Estos alimentos son fáciles de transportar y sacian muy bien el hambre. Además, son prácticos: podemos llevarlos en ziplock, tuppers u otros recipientes. Es cierto que las almendras y nueces son caras, pero hay sustitutos como las castañas de cajú, el maní o los pistachos que también hacen el trabajo. Por su parte, los frutos deshidratados como los dátiles, los higos secos y las ciruelas son grandes fuentes de nutrientes y estamina.
Frutas y verduras
Esta es una gran opción. Son alimentos livianos y muy nutritivos que nos hidratan, y las frutas tienen azúcares naturales (fructosa) que nos dan energía. Hay miles de combinaciones que podemos llevar preparadas en un recipiente liviano y práctico. Además, podemos llevar apio, zanahoria o pepinos en rodajas para tener un bocadillo saludable con hummus o similares.
Sándwiches
El sándwich es un plato noble, práctico, y delicioso justamente porque puede ser una comida cuantiosa, variada y relativamente liviana para nuestro organismo. Especialmente si lo preparamos con pollo, berenjena o salmón, pan de sésamo o integral, lechuga y rúcula. Puede ser una comida en sí misma sin necesariamente exigirle demasiado a nuestro organismo. En caso de ser celíaco, todos estos ingredientes pueden combinarse en una ensalada que hará el trabajo.
Empanados y harinas
A la hora de transportar empanados, harinas y otros productos de panadería, debemos pensar que pueden haber celíacos sentados cerca a los que la cercanía con estos productos pueden producir un brote. Por eso, pregunta si este es el caso. Si no lo es, muffins, galletas y donas pueden ser un gran complemento. Sin embargo, estos pueden estresar el intestino y dificultar la digestión, por lo que recomendamos limitar su consumo.
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