
Un alimento tan utilizado en la cocina porque se pueden tomar fritos, rotos, en tortilla, revueltos, para postres ... Infinidad de formas y presentaciones. Son 154 los paises del mundo que participan en esta fiesta impulsada por la International Egg Commission. Nosotros os presentamos varias ofertas y formas de consumirlos.
Porque a veces unimos el centro con el tema de la invasión del turismo, en este caso hemos elegido un espacio con comida típica castellana, en la Plaza del Rastro, una pequeña plaza en el centro de la ciudad y con amplios salones y buena atención. Hace días ya hablábamos de esta encantadora ciudad en relación con la visita y aperitivo, hoy entramos en el almuerzo que hemos disfrutado cuatro comensales.
Ya hemos oido hablar de las recetas de la abuela, tanto dulces como saladas. En este caso no vamos a hacer ninguna a partir de muchos ingredientes ni pasar tanto tiempo en la cocina, sino que utilizaremos dos productos básicos para poder hacer una receta de éxito pero muy común: un pudin. Lo haremos a partir de sobaos y un flan de calidad extraordinaria.
Recuperar esos sabores que nos recuerdan a nuestras reuniones familiares cuando éramos pequeños, o más mayores cuando ya teníamos nuestros propios restaurantes o casas de comidas, porque de todo había, o quizás cuando nació nuestro primer hijo que hoy ya nos ha dado tres nietos, ... y así muchos más motivos para que el sabor de una ensaladilla rusa, unos callos con su toque picantito o esa carne tan natural y de postre ese flan que solamente tenía leche, huevos y algo de azúcar (quizás la abuela ponía algo más que nunca dijo).
En nuestro pais vecino Portugal, nada más cruzar la frontera por Ayamonte nos encontramos con esta pequeña, pero muy activa, población donde además de poder comprar los productos típicos que de siempre se han adquirido en las poblaciones fronterizas con el mismo (toallas, sábanas, ropa del hogar,...), vamos a disfrutar de la desembocadura del Guadiana así como de la comida típica portuguesa, muy rica en pescado y marisco, pues tiene río y mar.
Efectivamente es una marisquería, además muy buena, con muy buen producto, pues dispone de cetárea propia donde tener los mariscos vivos (bogavante, langostas, centollo, nécoras ...). Situada en el mismo puerto, a dos pasos de la Lonja de Pescados, es decir, todas las ventajas para tener buen marisco, aunque nosotros en esta ocasión no lo hemos tomado pues era otoño, por la noche, amenaza de lluvia, es decir un ambiente un poco frío.
Cuando uno descubre un establecimiento donde tienen respeto por el producto, lo tratan bien, lo elaboran con maestría y a un precio razonable nos quitamos el sombrero, como dirían los franceses "chapeau". En plena Casa de Campo, ocupando el pabellón de Cáceres de la antigua Feria del Campo de Madrid y ahora denominado Palacio de la Misión.
Todos los días se aprende algo nuevo, en este caso podemos corrobar el dicho de "una muestra vale más que mil palabras", porque en esta maravillosa finca, situada en la Sierra Oeste de Madrid, donde los hermanos Jiménez Barbero han realizado su sueño, se puede degustar, una de las mejores carnes de España, por no decir la mejor.