Avila ciudad amurallada y gastronómica – Tomando el aperitivo
Por supuesto que España es una maravilla, todos los extranjeros admiran nuestras riquezas monumentales que han sido creadas por las distintas culturas que han pasado por ellas. En este caso las murallas, una maravilla de conservación y donde en la parte intramuros quedan numerosos palacetes, edificios, la catedral,… y sobre todo mucha tranquilidad y ausencia de ruido. Pero algo hay que hacer cuando se está cansado o se tiene hambre o sed. En principio tomamos el aperitivo.
Seguro que sois turistas expertos y conocéis sitios interesantes, en nuestro caso vamos a fusionar, una palabra muy gastronómica ultimamente, ambas opciones: visitas Culturales y Gastronomía. Pensamos que dará buen juego y os permitirá disfrutar más de vuestra visita.
Empezamos por el Hotel Palacio de los Velada, frente a la catedral, donde vamos a encontrar, al menos cuando lo hemos visitado nosotros en dia laborable por la mañana, además de un excelente salón, en el centro del edificio, con una atención excelente y donde hemos tomado café.
Visitamos la muralla interiormente, a cien metros del destino anterior, en los jardines del Palacio de Sofraga, fué fundado en 1479 para acoger a las Carmelitas Descalzas y que posteriormente pasaron al Monasterio de la Encarnación, en el cual vivió Santa Teresa de Avila durante 30 años.
Se acercan las 14 horas y decidimos tomar un aperitivo, para conocer otra zona salimos del recinto amurallado hasta la iglesia de San Vicente. Posteriormente nos dirigimos a La Antigua, una bodega con una extensa colección de vinos pero lamentablemente cierra los martes, fecha que habíamos elegido. Queda pendiente para una próxima visita.
Y por fin el aperitivo. Justo enfrente de La Antigua se encuentra La Casa de Postas con una magnífica terraza y un excelente servicio pues de inmediato nos preguntan la bebida así como el aperitivo (una tapa gratuita) con cinco opciones. Nos decantamos por las patatas revolconas con torreznos (típicas avulenses) y mollejas en salsa.
Una vez frescos y descansados nos vamos al restaurante donde habíamos reservado la mesa. Unas obras cerca de la catedral nos impiden llegar más directos al Mesón del Rastro (nombre de la pequeña plaza donde se encuentra). Una posada del siglo XVI y antiguo Palacio del Duque de Tamames. Pero de la comida ya hablaremos más adelante.
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