Ubicada en una calle tranquila pero céntrica, por lo que es ideal para poder comer o cenar de una forma relajada y sin prisas. Situada detrás de la Iglesia de San Jerónimo el Real (Los Jerónimos), al lado del Museo del Prado y del Jardín Botánico, a dos pasos de La Cibeles, del Retiro o de la Puerta de Alcalá.
Un local renovado en el Paseo de la Castellana de Madrid, que en sus 400 metros cuadrados, 250 de ellos de sala, se divide en dos espacios complementarios, un restaurante con cocina de mercado y un nuevo gastrobar non stop, para compartir tapas y raciones. Para disfrutar a través de su carta o de propuestas más informales pero igual de sorprendentes.
Estas Fiestas son especiales, pues nos reunimos con los compañeros de estudios, con amigos que hace mucho tiempo que no vemos, con familiares que por diversas circunstancias viven alejados, en definitiva, unas Fiestas alegres y divertidas donde apetece reunirse en torno a una buena mesa. Os proponemos algunas direcciones con sus menús.
Del 18 de Noviembre al 8 de Diciembre esta casa de comidas organiza las II Jornadas de estos productos clásicos de casquería, donde los sesos la morcilla, las asadurillas y todos estos productos se convertirán en platos ideales para esta época, con recetas tradicionales que se les ha puesto el toque de la casa.
Porque en este restaurante se ha iniciado un ciclo temático con la temporada de setas, por lo que su chef Ian Erskine ha diseñado nuevos platos para degustar las mejores variedades. Las deliciosas tostas de colmenillas y foie gras, la pasta fresca con rebozuelos o un magnífico salteado de setas con pan brioche nos trasporarán a la esencia del campo y la montaña.
Días pasados se ha celebrado una presentación y degustación de vinos y productos del Geodestino Verín-Viana y de la D.O.Monterrei, zonas denominadas Las Puertas de Galicia. Dicha presentación tuvo lugar en el Hotel Preciados de Madrid, con una notable asistencia de personas procedentes del mundo de la restauración, la prensa y la política.
La parrillada de verduras siempre se ha caracterizado por ser un plato muy rico, sano, saludable y que aporta mucho sabor como entrada de un plato fuerte. Si además lo acompañamos de gulas, la combinación de mar y tierra es perfecta. Realmente es un plato muy sencillo y que podemos adaptar a lo que tengamos ese día en la nevera con unas zanahorias, cebolla, berenjena o incluso mazorca de maíz.