
Con esta "entrega" terminamos la trilogía de la visita a la fábrica de Julián Martín, en la población de Guijuelo (Salamanca), donde hemos podido seguir todo el procedimiento del largo y laborioso proceso que siguen los jamones y paletas antes de poder disfrutar de ellos en la mesa. Es un trabajo artesanal, a mano, mirando uno a uno, haciendo la cala uno a uno, colgando y descolgando en los distintos procesos uno a uno.
En la calle más comercial de Cazorla, al llegar al centro, dirección a la plaza del Ayuntamiento (Plaza de la Corredera), podéis encontrar este establecimiento, fundado en 1972, en el que podéis encontrar desde embutidos caseros (superior el salchichón de ciervo, nada de grasa y todo su sabor), así como chorizos, morcillas, etc.
Nos da pena llamarlo fabrica, pues dicha palabra es para describir la creación de productos de una forma mecánica. Aquí podemos decir, que más que fabricar, sobre todo en la parte referente a los jamones y paletillas, lo deberíamos denominar mimar, cuidar, preparar, elaborar, es decir, una palabra más suave.