Asador Los Trillos donde el lechazo es tradición (Burgos)
¡Qué delicia el lechazo asado en horno de leña y sabiendo lo que se hace!. Porque el asado se compone de cuatro pasos: Un buen producto, fresco, de tamaño correcto y criado al aire libre, de raza churra. A la hora de asarlo hace falta tiempo (tranquilo, sin prisas, que se vaya haciendo poco a poco, agua y sal. ¿Sólo eso? Pues de momento no hay que poner nada más en la fuente de asado. Pero faltan todavía dos puntos.
El siguiente es un buen horno de leña, que tenga una temperatura constante, sin altibajos, que normalmente controla el maestro asador. Y por último, el celo, el cariño, el amor con el que trata cada pieza, cada fuente, cada hornada, el maestro asador. Un título que se adquiere al pie del cañon, en este caso al pie del horno. Hay que tener esa sensibilidad para conseguir un buen asado.
Una vez que hemos encontrado el lugar adecuado, en este caso nos hemos decantado por el Asador los Trillos, que aunque está un poco alejado de la ciudad merece la pena. Cercano a la Universidad y fundado en los años 80 del siglo pasado, habiendo sabido conservar la esencia de la tradición.
En nuestro caso dos comensales, fans de este plato, que normalmente – o al menos lo procuramos – lo degustamos con el mismo tipo de platos. De primero morcilla de Burgos, si estamos en Aranda de Duero que es otro de nuestros destinos, morcilla de Aranda que es distinta. Un chorizo y ensalada normal de lechuga (si puede ser de Medina mucho mejor), que normalmente reservamos para tomar junto al lechazo.
Todo ello acompañado de un buen vino de Ribera del Duero, la torta de Aranda y … la estrella de la comida, el lechazo. Nos llega a la mesa una fuente con el cuarto de lechazo (con esta cantidad dos personas comen a la perfección). En su punto, recién sacado del horno. Fijado en la punta de la pata viene la etiqueta de garantía.
Y vamos al postre. Nos encontramos con una docena de los mismos, varios de ellos de queso (de Burgos, con miel y nueces, de oveja), así como frutas y flan, fresas con nata, arroz con leche, … es decir será muy difícil que no encontréis el que os satisface. En nuestro caso una manzana asada y arroz con leche.
Un chupito regalo de la casa pone fin a esta comida típica, sostenible y saludable porque hay que ver lo bien que se queda uno. Es un plato espectacular en la zona castellana principalmente. Nota: El turismo gastronómico cada vez está más en auge, al día de hoy el 14% del turismo nacional es por motivos gastronómicos. En este caso tiene las dos vertientes. Vacaciones y un pequeño desvío con noche incluída para disfrutar de este manjar que se debe tomar reposado y sin prisas de viaje. Comer, pasear, visitar la ciudad, dormir y al día siguiente, continuar viaje.
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