Les Grands Buffets, comida a voluntad en Narbonne (Francia)

Les Grands Buffets, comida a voluntad en Narbonne (Francia)

Escrito por: Javier   @javivicente    10 junio 2014     6 minutos

Ficha

Les Grands Buffets

Rond Point de la Liberté - Narbonne Francia

Teléfono: +33 4 68 42 20 01

Tipo de cocina: tradicional francesa

Precio medio: 29,90 euros

www.lesgrandsbuffets.es

Hace unos días viajamos a Francia, más concretamente a la comarca de Aude, perteneciente al Sud de France, donde en la localidad de Narbonne (Narbona en español) pudimos degustar de cuanto quisimos y más. Y no es comida del montón, es comida de calidad, con un seguimiento minucioso a través de todo el proceso de transporte y manipulación de los proveedores. Fundado hace 25 años, Les Grands Buffets sigue ofreciendo calidad como el primer día, aprendiendo de los errores y modernizándose con tecnología.

Nada más entrar en el local, una vitrina con vinos nos anuncia que se cuidan todos los detalles, mientras que el pasillo de entrada, bajo unos arcos poblados de plantas, nos permiten divisar a un lado la exquisita presencia de los postres y al otro las perfectamente vestidas mesas de uno de los dos salones. Esto acaba de comenzar.

Con una capacidad de hasta 300 comensales en sus dos salones, se amplía hasta 500 con la terraza, abierta en época estival y con una decoración entre plantas, estanque y esculturas que nos transportará a otro mundo, huyendo de la sensación de agobio de los días más calurosos. Todas las mesas exteriores tienen disponibilidad de sombra.

Pero volvamos al interior. Los dos salones son aproximadamente del mismo tamaño y están separados para evitar esa sensación de estar comiendo con mucha gente. El ruido asombrosamente es muy escaso, tan sólo un leve murmullo, muy agradable. Uno de los salones dispone de un salón VIP, con posibilidad de visualización de partidos o eventos en pantalla gigante para disfrutar de la compañía. Está limitado a 15-20 comensales, con el mismo servicio que en las otras mesas.

Todo lo que quieras, a voluntad

La sensación de agobio y gente es lo que más nos puede echar atrás a la hora de decantarnos por un buffet. La visita fue un lunes, un día de diario, en la que la capacidad rozaba el 70% y en ningún caso tuvimos esa sensación. La gente es educada y no llena sus platos, sino que elige entre los productos y repite lo que más le ha gustado, pero nunca se ven platos a rebosar mezclando los sabores.

Podemos definir varios bloques principales en los que encontrar los productos en un recorrido único por la cocina francesa: la rotisserie, la brasserie, la patisserie, la mer, le fromage… Aunque todos están estrechamente conectados, la decoración y la presentación es, como cabe esperar, totalmente diferente.

Empezaremos nuestra visita por los productos fríos, donde encontraremos los quesos, la charcutería, una isla central con especias y salsas que a otro lado se encuentra el foie gras y por último, la zona de pescados y mariscos, con una sopa bien caliente de pescados riquísima. Dependiendo del producto, podemos encontrarlo en bloque (foie, quesos, embutidos) o ya troceado, como puede ser el salmón o el buey de mar. Lógicamente el producto cocinado, estará disponible en raciones individuales.

Y si nos puede llamar algo la atención, es, sin duda, el micuit de pato, la estrella de esta zona, junto con las ostras provenientes de Gruissan -más bien ostrones- francesas por excelencia (cuidado que un empacho sienta muy mal). Y por supuesto los quesos, de muy diferentes variedades donde la estrella es el roquefort, con tres curaciones diferentes, además del comté o un gorgonzola, por no hablar de emmental o parmesano.

En la zona de platos calientes ya cocinados podremos encontrar infinidad de guisos y verduras o carnes a nuestro gusto, desde una menestra de verduras o tortilla de camarones puramente andaluces hasta un cordero o cochinillo lechal, con pollo de corral asado y otros muchos productos. Es, sin duda, la zona donde más variedad podremos encontrar.

Y por último los postres, elaborados a diario por el maestro pastelero y sus ayudantes en una sala adyacente a la cocina con un cuidado y tratados con mucho cariño, para que la presencia, textura y temperatura llegue de forma óptima a la boca del comensal. En total, más de 50 postres diferentes que podremos probar desde la típica tarta tatín francesa, una fondue de chocolate en forma de fuente o los crepes y gofres. También tartaletas de frutas, tartas de chocolate Selva Negra, o algo más elaborados como los macarons y otros muchos que nos quedamos sin probar.

Platos cocinados al momento

Si algo podemos decir que diferencia este buffet de los demás, es la capacidad de cocinar los platos al momento, para que el punto de la carne, por ejemplo, esté al gusto del comensal. Incluso las salsas de acompañamiento también merecen una mención especial.

Comenzaremos con el steak tartare que, a pesar de no estar cortado a cuchillo, tiene un sabor a calidad, a buena carne de buey. Lo preparan con o sin yema de huevo cruda, acompañada de unas hojas de red chard para que aliñarlo al gusto con alcaparras, cebolleta, mahonesa, ketchup… y para los menos cocinitas, os dejamos la receta.

Pero el plato fuerte es la carne, visualizando al fondo los pollos y cochinillos asándose a fuego lento al calor, podemos solicitar al Chef un entrecot, tournedo o incluso un magret de pato. La siguiente pregunta será el punto de cocción de la carne y, por último, la salsa para acompañarlo, o tal cual, sin salsa, como mejor sabe.

Y aunque la estrella de la parrilla sean las carnes, no podemos olvidarnos de las tortillas hechas al gusto y al momento, y la cazuela de bogavante (o langosta según la época) con salsa americana que presidía la barra principal.

El maridaje perfecto

Con sólo abrir la carta y leer la cuidada y seleccionada oferta enológica, nos damos cuenta que son vinos de la zona de Languedoc-Rousillon diferenciados perfectamente por su variedad y que maridan perfectamente con cualquiera de los platos que podamos elegir en el buffet. Si somos algo entendidos, el precio nos llamará la atención, puesto que se ofrece al mismo precio que en bodega. Con más de 70 referencias hay para elegir.

También hay opción de disfrutar de las distintas variedades del día en copa, sin necesidad de pedir la botella entera. En este caso, el camarero nos traerá la copa con la etiqueta correspondiente con los datos de la bodega, por si queremos más información. Todos los vinos están conservados en las condiciones óptimas y son servidos como merecen para que la degustación satisfaga a los paladares más exquisitos.

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El restaurante ofrece, además, la posibilidad de adquirir cualquier variedad en lotes de 6 botellas, en cuyo caso la botella de la mesa corre de cuenta de la casa, es decir, no la cobran.

Y si cualquier comensal prefiere cualquier refresco, cocktail o incluso agua, también es posible, al precio ésta última de 1 euro la botella de un litro.